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  EDITORIAL  

UN PRESIDENTE PARA RECORDAR

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Dr. Rubén Ángel Spizzirri

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El Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba está de duelo. Con gran pesar. El pasado 17 de mayo, dejó de existir el Dr. Rubén Spizzirri, ex presidente de la institución, entre los años 2012 y 2018. Fue anteriormente vicepresidente, entre el 2000 y el 2012 y asumió la presidencia  inesperadamente,  tras el fallecimiento del Dr. Mario Daniel Fernández, continuando su labor, que profundizó el advenimiento de un nuevo tiempo para la institución, imprimiéndole su propio modelo de conducción.
Los doctores Andrés de León y Héctor Rolando Oviedo sus sucesores como presidente y vicepresidente, cuando Spizzirri decidió seguir trabajando para el Consejo desde otras responsabilidades, tuvieron palabras de claro reconocimiento. De León, lo recordó –en su discurso de asunción- como el realizador de una gran tarea en la conducción del CMPC; en tanto que Oviedo, subrayó que su presidencia fue “un hito fundamental de modernización de la institución”.
Y no cabe duda de ello, junto al equipo de trabajo, sentó las bases para la conversión del Consejo tradicional en el Consejo Digital que hoy es una realidad, dando los primeros pasos para poner las nuevas tecnologías al servicio de todos los matriculados
Oriundo de Rosario, afincado en Río Cuarto, se distinguió por su compromiso y su humildad en la forma de conducir. Estuvo alerta, junto a los colegas que lo acompañaron en su gestión,  a las necesidades de los colegas: reconocimiento a los colegas jubilados con la creación de una nueva matrícula que los incluía; la creación del Fisap, como seguro social solidario: la realización siempre recordada de los Festivales Internacionales de Cine Médico y Científico; el impulso a la continuidad de la elaboración de las Guías Clínicas, con la convicción de ofrecer un aporte al quehacer médico, la creación de los Premios Médicos Prof. Dr. Remo Bergoglio, como un estímulo y un reconocimiento a los colegas destacados. La lista es larga y los médicos la conocieron y la reconocen todavía.
Quizás el mejor homenaje que podamos brindarle desde nuestra ETHICA DIGITAL sea recordar sus palabras, al dejar la presidencia. Aquella fue una despedida, la de ejercer la conducción de nuestro Consejo y seguir trabajando diariamente en él. Bien podrían ser las palabras de esta despedida que recordamos como homenaje.

Estimados colegas: 
Hoy es un día muy especial para mí porque se entrecruzan recuerdos y decisiones. Han sido años pletóricos de trabajo, de satisfacciones, de algunos sinsabores porque hay  cosas que no salían como uno quería o se demoraban, pero con el profundo convencimiento del deber cumplido.
En la memoria aparecen nítidos aquellos momentos en que nos planteamos seriamente competir por la conducción de la institución, que nos cobija profesionalmente. Veníamos de una experiencia muy importante como fue el Foro de Especialidades, que con la conducción de nuestro querido Daniel Fernández, planteamos resistencia a la privatización de la obra social provincial, iniciativa que había surgido lamentablemente de esta institución.
Aquella lucha nos planteó la necesidad de dar un paso más, como era llegar a la conducción del Consejo de Médicos, no por ambiciones personales, sino para cambiarlo, para ponerlo al servicio real de todos los colegas, para abrirlo. Ganamos la elección y comenzamos un camino que todavía orgullosamente transitamos.
De manera inesperada, tuve que asumir la inmensa responsabilidad de presidir la Junta Directiva ante el fallecimiento de nuestro recordado Dani, quien fue para nosotros nuestro punto de referencia.
Pensé que era mi obligación continuar con la tarea emprendida. Y me pareció imposible, pero la fuerza, el compañerismo del grupo, lo hicieron realidad y acá estamos con la satisfacción –como les decía- del deber cumplido.
Con el voto de los colegas transité dos periodos al frente de la institución, con la conciencia compartida que las obras valen más que las palabras. Tiempo suficiente, para mí, para demostrar el compromiso, con humildad y honestidad. Creo con honestidad que había llegado la hora de la renovación. Dos periodos, han sido para mí, suficientes. Es el paso que estoy dando para que el Consejo siga su marcha, con convicción  de los que vienen van a ser mejores del que se va.
Cuando me pongo a pensar en que se fundamentó  la persistencia del apoyo de los colegas, recuerdo un breve pasaje de un cuento del escritor estadounidense Richard Yates, ya fallecido, escrito hace muchos años.
En un diálogo con un joven que aspiraba a ser un gran escritor, el protagonista le habla de la similitud del quehacer con la construcción de una casa. Esta debe tener un techo, pero estará en problemas si construye el techo primero, decía. Antes se tiene que construir las paredes. Pero antes  tiene que preparar los cimientos, desde la misma base. En nuestro caso, bien o mal, la casa estaba construida. Entonces había que preguntarse ¿qué nos está faltando? Y nos dimos cuenta. Nos dijimos ¿dónde están las ventanas? Y nuestra tarea fue precisamente la construcción de ventanas para que entrara la luz, que es la  razón de las construcciones. Para vernos, para ver y para que nos vean. Creo, honestamente, que esa ha sido humildemente nuestra tarea.


                                                               Gracias y hasta siempre, Rubén Spizzirri.

 

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