
DE INTERÉS MÉDICO
A pesar de los pesares
Logran operar a un bebé
en el útero de su madre

Médicos argentinos, en un centro de atención pública, actualmente en conflicto, como es el Hospital Garrahan de Buenos Aires lograron aplicar una cirugía intrauterina en el caso de un bebé con diagnóstico prenatal de mielomeningocele (1). El único antecedente conocido hasta ahora en nuestro país, sucedió en Córdoba con una cirugía similar, a un feto de 28 semanas, en el que participaron colegas de la Nueva Maternidad Provincial también pública, conjuntamente con el Hospital Privado Universitario, de lo que informamos en nuestra revista institucional ETHICA DIGITAL, en su edición 179, correspondiente al mes de abril de este año.
Nuevas técnicas operatorias que abren la posibilidad de corregir –como afirma la cronista de Página 12- anomalías congénitas fetales que generarían posteriores discapacidades motoras, problemas para controlar esfínteres, entre otras consecuencias.
En el caso del Hospital Garrahan, la compleja operación se realizó a mediados de abril que involucró la intervención quirúrgica del feto desde el interior del vientre materno, para curar la anomalía de un bebé en desarrollo. Conjuntamente, con la realizada en Córdoba sin duda un hito para la medicina pediátrica en el país y en la región latinoamericana.
Las autoridades de la prestigiosa institución pública celebraron que, tras la operación, la paciente dio a luz mediante una cesárea el pasado domingo 11 a su bebé, quien nació con condiciones normales y sin riesgos para su salud.
La Mielomeningocele fetal intrauterina es una forma grave de espina bífida, un defecto congénito, según la información brindada a señala la cronista, ocurre durante las primeras semanas del desarrollo embrionario, “cuando el tubo neural —que dará origen al cerebro y la médula espinal de la persona— no se cierra completamente. En profundidad, los huesos de la columna están incompletos y dejan que se escape la médula espinal y las meninges”.
En Argentina, esta anomalía se presenta en alrededor de 1 cada 1.500 recién nacidos, según los datos consultados por Tobián, del Hospital Universitario Austral, la institución privada argentina con más experiencia en cirugías reparatorias de esta malformación de la columna vertebral —realizó unas 200 intervenciones desde 2015.
"Aunque anteriormente se hicieron intervenciones en hospitales públicos, siempre se realizaron con equipos médicos del sector privado", especificó a Página|12 la ginecóloga y obstetra, especialista en medicina Materno Fetal, Analizia Astudillo.
Los datos médicos científicos
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La operación duras más de 3 horas.
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Se realiza con anestesia general.
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Se abre el viente para dejar expuesto el útero y poder realizar una ecografía para localixar el defecto en el feto.
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El valor aproximado de la cirugía es de unos 15 millones de pesas (costos de la intervención, la atención para el parto y demás). En el Hospital Garrahan, centro de atención públicos, se atiende GRATIS a pacientes que no tienen cobertura médica.
Tras la cirugía fetal, la mamá, una joven de 28 años, permaneció internada durante tres días en la Unidad de Cuidados Materno-Fetales bajo el control de obstetras y terapistas especializados en obstetricia pediátrica. Luego del alta, se alojó en Casa Garrahan por dos meses, ya que debía permanecer en un lugar cercano al Hospital hasta el nacimiento de la bebé.
Si bien la cesárea estaba programada para el 17 de junio, la mamá rompió bolsa en vísperas del día del padre —durante la noche del sábado pasado—, y el equipo del Garrahan se puso en marcha inmediatamente para llevar adelante la operación en el hospital. Finalmente, la niña, que fue llamada Samira, nació el 15 de junio a las 3:35 de la madrugada, con la ayuda de neonatólogos, obstetras, cirujanos, especialistas en cuidados críticos maternos y enfermeros.
"Fue una cirugía perfecta, operamos la malformación en la semana 27 del embarazo y nació en la 36, con una cicatriz perfecta, expresó Astudillo, con orgullo, y sobre la bebé contó: "Está muy bien. Al nacer pesó 2,700 kg y no requirió internación intensiva ni ningún tipo de intervención".
"Los neurocirujanos le están realizando ecografías cerebrales, pero sin ser invasivos. No hubo que reoperar o reintervenir. Por el momento viene todo bien, mueve los piecitos, se prendió a la teta... Hoy es una niña sana, pero con un diagnóstico de Mielomeningocele, por lo que tendrá que hacerse controles a lo largo de su vida", aclaró.
Por su parte, la jefa de Neonatal del hospital, Bellani, consignó: "El haber podido realizar tanto la cirugía fetal como la cesárea en el mismo hospital donde se atenderá a la bebé es un enorme paso en la atención integral y humanizada de estos casos complejos. Acá tenemos genetistas, obstetras, neonatólogos, urólogos, neurocirujanos, equipo interdisciplinario de Mielomenigocele que realizará su seguimiento hasta los 18 años”.
Detección temprana y operación pre y posnatal
Por el enorme impacto que la Mielomeningocele fetal intrauterina tiene en la vida de los pacientes, el diagnóstico temprano durante el embarazo es crucial. Se suele detectar entre las semanas 12 y 22 de gestación mediante ecografía morfológica.
Astudillo contó a las madres que reciben este diagnóstico le brinda tres diferentes alternativas: "Por un lado, está la opción de interrumpir el embarazo (abortar), por el otro, la de hacer la cirugía de reparación intrauterina, y por último, la operación posnatal". En todos los casos, son las gestantes las que deciden.
Sin embargo, "no todas las pacientes son candidatas" al tipo de intervención quirúrgica prenatal, puntualizó. Al respecto, sostuvo que "hay un momento determinado del embarazo para operar", que suele ser entre la semana 20 y la 27 de gestación. Además, la gestante tiene que encontrarse en un buen estado de salud para "tolerar unas seis horas de anestesia general", entre otros requerimientos.
"Al sistema de salud público muchas veces nos llegan tarde, de 28 o 30 semanas, y es imposible de operar porque el útero y el bebé ya son muy grandes. Mientras más temprano tengas el diagnóstico, más fácil es la cirugía y la corrección", cuestionó. En este marco, argumentó que "los bebés con diagnósticos tardíos son niños que están condenados a nacer y tener la cirugía postnatal", y afirmó que "el Garrahan opera todo lo postnatal, lo nuevo es que opera lo intrauterino".
En rigor, la fetóloga aseguró que muchas madres con pocos recursos económicos se veían obligadas a "interrumpir sus embarazos porque no contaban con esta opción en el sistema de salud público", o bien, "esperaban a que nazcan sus hijos y los operaban posnatales, con todas las problemáticas que eso implica". Pero, con esta nueva posibilidad que brinda el Hospital Garrahan, "se achica la brecha entre pacientes que sí tienen dinero y corbertura con las que no. Ya que estas últimas ahora pueden asistir a esta institución pública", remarcó.
A las mujeres que estén pensando en tener un bebé, recomendó "planificar tres meses antes tomar ácido fólico, a través de una pastilla de ácido fólico de un de 1 g por día". También sugirió tener una buena alimentación, hacerse los controles ideales ginecológicos previos a embarazarse, y, posteriormente, realizarse "las dos ecografías más importantes del embarazo: la del screening del primer trimestre, entre la semana 11 y 14; y luego, la segunda, que es la más importante del embarazo, el escáner fetal donde se mira toda la anatomía del bebé y se chequea parte por parte, cerebro, corazón, riñones, abdomen, piernas, movilidad". Finalmente, recomendó hacerse "un buen control obstétrico ginecológico".
1. Fuente: Manuela Tobían, diario Página 12, en su edición del 18 de junio de este año.
(Imagen: Hospital Garrahan)
Entrevista con el Dr. Gabriel Rabinovich

Avances en la investigación
sobre el cáncer
Licenciado en Bioquímica y Doctor en Inmunología, Universidad de Córdoba. Investigador Superior del CONICET. Profesor Titular de la FCEyN-UBA. Director de los Laboratorios de Inmunopatología (IBYME) y de Glicómica Estructural y Funcional (FCEyN). Vice-director del IBYME y Profesor visitante de Universidades Extranjeras. Es miembro de The European Molecular Biogy Organization.
el bioquímico cordobés Dr. Gabriel Rabinovich encabezó el equipo que logró avances en las investigaciones sobre cómo los tumores convierten a las células mieloides, que tienen fundamentalmente una función de protección en el organismo, en aliadas, lo cual favorece el agravamiento de la enfermedad. En este proceso, la proteína Galectina 1 cumple un rol fundamental al interactuar con azúcares específicos en la superficie de las células mieloides cuando se acercan al tumor y genera que ellas inhiban las defensas y generan vasos sanguíneos que nutren el tumor.
Con el trabajo de la empresa de base tecnológica Galtec diseñaron un anticuerpo monoclonal llamado Anti-Gal 1, que próximamente podría ser probado en humanos.
El diálogo con Ethica, el Dr. Rabinovich explicó algunos aspectos del trabajo:
¿El anticuerpo Anti-Gal-1 inhibe la formación de proteínas o actúa sobre las células mieloides supresoras?
El anticuerpo Antigal 1 inhibe a Gal 1, hace que Gal 1 no se una a las células mieloides supresoras y, de ese modo, ella misma no gatille estas propiedades que son tan nocivas para el huésped y que acompañan al tumor que son inmunosupresión y angiogénesis, o sea, inhibir a la respuesta inmune en general y también formar vasos sanguíneos. Al bloquear a Galectina 1, evita la acción de Galectina 1, que promueve ese circuito inmunoregulatorio protumoral que ejerce.
¿Se puede combinar su acción con una estimulación de los linfocitos?
En realidad, están combinadas e interrelacionadas estas funciones. La función de los linfocitos y la función de las células mieloides. Las células mieloides supresoras suprimen a los linfocitos, entonces, si yo reprogramo a las células mieloides lo que logro también es aumentar los linfocitos. Por otro lado, al bloquear Galectina 1, también aumento en forma directa los linfocitos. Es decir, se sinergizan ambos efectos.
¿Qué pacientes serían candidatos para ensayos clínicos del anticuerpo Anti-Gal-1? ¿Qué tipo de cáncer? ¿En qué estadío?
En principio, estamos intentando generar la indicación de cáncer colorrectal, porque Galectina 1 está expresada en la mayoría de los cánceres de tipo colorrectal, especialmente en aquellos que no tienen inestabilidad microsatelital y, entonces, al estar muy aumentados todos los tumores, y al haber un coeficiente de correlación muy grande entre cuanto más Galectina 1 más células mieloides supresoras justamente en cáncer colorrectal, es que vamos a comenzar con este. Pero, habiendo dicho esto, cuando veamos que esto funciona en el cáncer colorrectal, nos vamos a mover también a otras condiciones.
¿Cómo se administrará el anticuerpo? ¿A través de qué tipo de terapia?
En general, no está definida aun exactamente. Creemos que, para cada condición, habrá una vía de administración diferente, pero, como todos los monoclonales, son inyectables y van por vía sistémica, para poder bloquear esta proteína a nivel local fundamentalmente, pero también a nivel del huésped, si es necesario.
¿Qué sucederá con los efectos positivos de la Galectina 1 en enfermedades autoinmunes?
Efectivamente, Galectina 1, en sí misma, es inmunosupresora y antiinflamatoria, por lo tanto, sería útil para enfermedades autoinmunes. En principio, nos dedicaríamos a esclerosis múltiple, como una enfermedad autoinmune clásica, mediada por linfocitos T, B, etc. Y, por otro lado, también nos dedicaríamos a la aterosclerosis, en parte, porque tiene un componente autoinmune muy importante.
(Entrevista Alejandra Beresovsky)